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Una piloto en Sevilla

Michelle Gatting, campeona de Ferrari Challenge Europe, descubre la «magia» al volante de un Ferrari 296 GTB y nos lleva a visitar la cautivadora Andalucía española
Texto: Lucia Galli
Fotos: Tim Adorf / Montaje: Oliver McIntyre

«Esta ciudad es asombrosamente bella y conducir por sus calles en un Ferrari en silencio es una sensación ligeramente... inquietante, pero también mucho más que mágica».


Mientras amanece en las bulliciosas calles de Sevilla, Michelle Gatting, campeona europea de Ferrari Challenge y piloto de GT del equipo femenino Iron Lynx, se sube por primera vez al habitáculo de un Ferrari 296 GTB. 


Ve tras bambalinas con Michelle Gatting mientras conduce el 296 GTB por el corazón palpitante del sur de España

Cuando arranca el coche y pisa suavemente el acelerador, los transeúntes se quedan boquiabiertos y asombrados ante la visión de lo que solo puede ser una berlinetta de Ferrari, que avanza... con un zumbido eléctrico. 


«Para alguien tan apasionado como yo, sin duda es una sensación nueva arrancar el motor y no escuchar ese rugido familiar», admite Michelle. «Pero el futuro va en esa dirección y Maranello ha hecho un magnífico trabajo en este sentido. Incluso en modo eléctrico, todo lo que me rodea grita "¡Ferrari!": los mandos, el habitáculo, el asiento, el ambiente, la sensación de conducción». 


 

Michelle Gatting, campeona europea de Ferrari Challenge y piloto de GT del equipo femenino Iron Lynx, se sube por primera vez al habitáculo de un Ferrari 296 GTB

El silencio del coche nos permite adentrarnos discretamente en la monumental Plaza de España, una plaza abierta que, junto con el parque de María Luisa, sirve de «salón» público de la ciudad. No muy lejos se encuentra la Fábrica de Tabacos —que ahora forma parte de la universidad—, donde trabajó y bailó la femme fatale gitana de la ópera Carmen. 


Michelle deja atrás las limitaciones de las estrechas calles y el coche suelta su inconfundible rugido mientras se dirige a la Torre de Oro, del siglo XIII. «Casi lo echaba de menos», ríe Michelle, «pero cuando oyes ese sonido, cualquier duda que te quede de estar al volante de un Ferrari se desvanece».


Michelle pone el coche a prueba, desde las calles de Sevilla hasta la ruta rica en curvas del campo circundante

Toda la región de Andalucía, desde Sevilla hasta Huelva y Cádiz, está hecha para recorrerla. Es algo que se hace evidente de inmediato al atravesar a toda velocidad las verdes carreteras del Parque Nacional de Doñana, donde la naturaleza se entremezcla con el esfuerzo humano en vastos y siempre cambiantes paisajes. 


Entre las suaves colinas en las que las ondulaciones de los verdes campos se extienden hasta donde alcanza la vista, hay largos y desiertos tramos de carretera recta que ejercen una irresistible atracción sobre la piloto. «Lógicamente, no he podido acelerar tanto tiempo como en el circuito, pero me impresiona mucho la capacidad de este motor de seis cilindros para seguir tirando sin aflojar nunca, es una sensación muy embriagadora», afirma Michelle. 


El árido paisaje casi lunar de Minas de Riotinto ofrece la oportunidad de dar rienda suelta a los 830cv del 296 GTB

Tras 50 kilómetros de fuertes emociones, llegamos a Niebla. La ciudad está rodeada de robustas murallas que la han protegido del paso del tiempo y es el lugar perfecto para probar con seguridad todas las tecnologías del salpicadero digital del coche. Con el toque de un icono o el deslizamiento de un dedo, todo está bajo control sin tener que levantar las manos del volante. «Lleva un tiempo hacerse a las características inteligentes de este coche», observa Michelle. «Con ciertas funciones, todavía estoy acostumbrada a mandos y botones. Pero una vez que les coges el tranquillo, se convierten en algo tan automático como usar el smartphone».


La última parada de nuestro viaje es Minas de Riotinto, donde la carretera serpentea entre rocas desnudas y árboles esporádicos en una impresionante montaña rusa de subidas y bajadas, bordeando curvas en las que el 296 GTB se luce. 


«Inmediatamente notas la corta distancia entre ejes del chasis, la respuesta al volante es inmediata, impresionante. Sientes la seguridad de poder correr, porque el coche te sigue sin dudar ni un segundo», dice Michelle. «Tengo muchas ganas de probar la versión de competición en las carreras de GT y el Challenge del año que viene. Mi impresión es que Ferrari ha tomado una dirección muy interesante».