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Pasión

Aprendiendo juntos

La gente de Ferrari nunca deja de buscar la excelencia y la formación es un pilar fundamental de la empresa. En las palabras de Benedetto Vigna, Consejero Delegado: «Siempre estamos aprendiendo, de todos y en todas partes: porque la mente nunca se cansa de aprender»
Texto: Daniele Bresciani
Fotos: max&douglas

«No puedo saciar mi sed de libros». Eso dijo hace casi 700 años el erudito renacentista italiano Francesco Petrarca. Y el uso de ese verbo, «saciar», da idea de la necesidad de «nutrir» el propio conocimiento y del incontenible deseo de saber. 

Costó siglos difundir la idea de que la escolarización debe estar al alcance de todos y aún hoy queda mucho por hacer para que esto suceda, especialmente en los países subdesarrollados. Dicho esto, a veces tenemos la impresión de que llegar a ese acceso objetivo al conocimiento se considera suficientemente gratificante, que se puede estar satisfecho con el propio nivel actual de conocimiento.


En estas imágenes presentamos a personas de Ferrari que han asistido al Global MBA y la Scuola dei Mestieri. Desde la izquierda: Matteo Angelucci, Emanuel Erasmo Tinervia, Leonilde Iannuzzi, Filippo Petrucci, Rocco Picerno, Danilo Di Bonito, Bruno Petrini, Tatiana Selogna, Manuel Giaquinto, Giulio Camiletti, Jonathan Scolaro, Angelo Fumarola, Michele Orlandin, Annalisa Vessia, Olimpia Ferrara, Francesco Di Matteo, Lavinia Negromanti, Domenico Ciccarelli, Cristian Imperiale, Guillaume Sigaud de Bresc, Alessio Fumato, Giuseppe Del Gaudio

En Ferrari, donde simplemente no se contempla el «sentirse satisfecho», las cosas no son así. Y no eran así en el periodo inmediato de posguerra, cuando un tal Enzo Ferrari, incluso antes de fundar su fábrica en Maranello, se puso a trabajar creando cursos profesionales vespertinos y, en 1963, fundó la escuela que hasta hoy lleva el nombre de Dino Ferrari.

Tampoco han sido así en los últimos tiempos, como demuestra la serie de iniciativas educativas que Ferrari ha impulsado en Italia, como la reconstrucción de la escuela de Amatrice tras el terremoto de 2016 y, en el extranjero, la colaboración con Save the Children.

Y, más que nunca, tampoco es nuestra forma de hacer las cosas hoy. Basta con pensar en la donación de material informático a los colegios de la región durante la pandemia, el proyecto «Arcipelago Educativo» —en colaboración con la Fondazione Agnelli y Save the Children— que garantizó clases para los niños más desfavorecidos y la inauguración hace apenas unas semanas del Centro de Aprendizaje e.DO en el Istituto Fermo Corni de Módena, un laboratorio escolar que ofrecerá experiencias de aprendizaje innovadoras en disciplinas como matemáticas, ciencias y tecnología a estudiantes y profesores de secundaria de la región.


Desde la izquierda: Domenico Ficarella, Anna Mazzucco, Angelo Balistreri, Bartolo Violante, Federica Rotondaro, Alberto Virgillo, Francesco Migliore, Giovanni D'agostino, Giovanni Rufolo, Cosimo De Paoli, Paolo Benemia, Martina Rovolon, Francesco Spizzica, Lorenzo Natali, Nicola Terdich , Monica Luciani, Stefano Luparia, Caterina Iadicicco, Biagio Vorzillo, Giuseppe Sciacca

Pero la actividad de Ferrari en este campo no es solo exterior. El aprendizaje, especialmente el «aprendizaje continuo», es un concepto muy querido del CEO Benedetto Vigna. «Parto del concepto de que, en la vida, “llegar a ser” es más importante que “ser”», afirma. «El crecimiento personal es la base para el crecimiento de una comunidad o, en este caso, de una empresa. Aprender significa eliminar obstáculos, significa superar dogmas, significa fortalecer la capacidad de adaptación al cambio, sobre todo en tiempos inciertos como estos. Asimismo, creo firmemente en la transparencia y en compartir nuestro propio conocimiento. Ponerlo a disposición de los demás significa “vaciarse” un poco para luego disponerse a llenarse otra vez, a seguir aprendiendo. Es un ciclo continuo». 

Añade: «Diría que el símbolo más importante de nuestra vida es el signo de interrogación: si quieres respuestas y quieres seguir aprendiendo, tienes que hacerte preguntas siempre».

Vigna también cree que la comunicación es clave para personas de todos los puestos y explica: «En una organización jerárquica, los intercambios son verticales y, por lo tanto, limitados: los que están arriba solo hablan con los que están directamente debajo de ellos, y viceversa. Pero si estas comunicaciones se vuelven abiertas y fluidas, aumenta el número de intercambios, hay un intercambio de información y conocimiento. Todo esto es valor añadido. ¿Sabes qué? Si lo pones al servicio de los demás, cuando otros hagan lo mismo tu propio crecimiento personal también se beneficiará».


Desde la izquierda: Valerio Rinaldini, Letizia Belletti, Vincenzo Parlato, Alberto Buccola, Maurizio Galiano, Valerio Simonini, Cecilia Sacchi, Raffaele Risolo, Alessio Rubino, Laura Sgarbazzini, Marinella Montecchi, Francesca Mincigrucci, Giuseppina Buonaiuto, Simone Lis, Federico Rasulo, Lucia Ciriello , Mariana Migliaccio

Por eso el aprendizaje continuo es fundamental. Quien está dispuesto a aprender, crece y se enriquece. Trabajar en equipo permite que otros crezcan y también enriquece a la empresa. Y quien actúa así no tiene miedo a las preguntas ni a las críticas, porque no se pone en duda su capacidad. Más bien es simplemente un intento de abordar una situación desde una perspectiva diferente. 

Y Vigna cree que construir sobre el pasado y reconocer los eventos es importante: «Tenemos que reconocer las fechas cuando sucede algo que cambia nuestra forma de trabajar, que nos ha hecho crecer. La primera fecha que destacamos es el 1 de agosto, cuando el equipo resolvió de manera brillante un problema mecánico que nos había dado quebraderos de cabeza. Resolver ese problema hizo que el equipo saliera más fuerte, con más experiencia y más confianza. Siempre se aprende, de todos y en todas partes. Porque la mente nunca se cansa de aprender».

Aprendizaje continuo. Precisamente.