Al glorioso V12 se le incorporó una nueva inyección de combustible Bosch K-Jetronic, para cumplir con las normativas estadounidenses sobre emisiones. Tenía una elevada potencia y un par envidiable. Sobre este GT muchos carroceros dejaron volar su imaginación, realizando incluso versiones convertibles con capota blanda. Pavesi, de Milán, fue todavía más lejos, y lo transformó en un cabriolet con tapicería de cuero por todas partes y acabados en madera, a la vez que modificaba el túnel central.