Ferrari continuó con el desarrollo de dos verdaderas joyas de aquel tiempo: los dos V12 diseñados por Gioacchino Colombo y Aurelio Lampredi, respectivamente. El toque de Colombo era todavía mucho más evidente en el motor del 225 S, aunque las mejoras realizadas en él fueron resultado de la investigación de Lampredi, en particular el sorprendentemente innovador y eficiente diseño del colector de admisión y de la distribución. Algunas unidades se construyeron con el chasis “Tuboscocca” (semimonocasco tubular) de Gilco, mientras que para la carrocería se recurrió a la maestría de Touring y Vignale, ambos en el apogeo de su creatividad.