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Arnoux en la F1, diez años después

29 aprile 2016

Hace una década que no conduzco un coche de Formula 1, desde el 60 aniversario de Ferrari, precisamente en Fiorano: “Pero en aquella ocasión iba en mi 126 C4 de 1984, hoy ha sido muy diferente…”. René Arnoux estaba extasiado al hablar después de conducir con un F2004 en la pista de pruebas de la Scuderia. “He tenido esta oportunidad gracias a un amigo que ha entrado a formar parte del programa F1 Clienti de Ferrari y que ha comprado este coche: es increíble, por eso no cuesta creer que muchos de los récords en los circuidos del mundo entero siguen siendo del F2004 y de Michael Schumacher; encierra una tecnología insuperable y, en muchos sentidos, sigue representando la tecnología punta. Es imposible hacer una comparación con los coches que conducía: es cómodo, fácil de llevar lento y extremo al límite. Los aficionados de Ferrari lo adoramos, aunque ha llegado a despertar el odio de mucha gente, empezando por los constructores ingleses, porque se lo encontraban siempre por delante…” sonríe con sarcasmo.

Estar en Fiorano a Arnoux le hace revivir su primer día en Ferrari: “Recuerdo que vine solo. Fui muy egoísta, porque quería que aquel día fuera sólo para mí. Creo que «Il Commendatore» apreció esta actitud sencilla por mi parte: cenamos en la casa de Fiorano, la cocinera sabía preparar unos platos increíblemente deliciosos y era imposible no darse un atracón… Estuvimos charlando de sitios, de personas, de deporte y de otros pilotos. Solo al final hablamos de mi futuro en Ferrari. 

 

En seguida nos pusimos de acuerdo porque mi sueño siempre había sido pilotar para la Scuderia y nos marchamos sin firmar ni siquiera un contrato… Ferrari me había estrechado la mano y para mí eso valía mucho más que cualquier garabato en una hoja de papel…”

 

Arnoux ganó siete GP's, tres de ellos con Ferrari, pero curiosamente la competición por la que todos lo recuerdan le dejó ocupar el tercer lugar: el Gran Premio de Francia de 1979. “En Dijón fue algo fabuloso.  Con aquel duelo Villeneuve y yo escribimos una página de historia. Un espectáculo como aquel solo habría podido hacerlo con Gilles… Éramos grandes amigos, le tenía mucho cariño, como diría Enzo Ferrari. Pasábamos mucho tiempo juntos en las pistas. Si no había directivos de Renault en el box, me metía a hurtadillas en el garaje de Ferrari para comer un plato de pasta con Villeneuve, y si a él le apetecía comer cocina francesa nos marchábamos a la trastienda de mi box. 

 

Nos conocíamos perfectamente y por eso el duelo se llevó al extremo pero no hubo ningún accidente. Él sabía que yo jamás le echaría fuera de la pista y yo estaba seguro de que Gilles nunca iría más allá de tocar ruedas… Los dos tuvimos problemas, yo de succión de gasolina y él de neumáticos y frenos, pero a veces la perfección nace del desorden…”.

A Arnoux la Formula 1 actual no le gusta demasiado: “Las reglas ahora son demasiado asfixiantes: Ferrari ha tenido que renunciar a su motor de 12 cilindros, porque el esquema de motor es idéntico para todo el mundo y tanto la aerodinámica como la tecnología tienen muchos límites. Sería mejor eliminar el campeonato de constructores, porque a los equipos ya nos les queda la libertad de inventarse nada. Mucha gente me dice que ya no lo siguen demasiado y yo también creo que esta Formula 1 está bastante despersonalizada. 

 

Por otra parte, los pilotos son máquinas que dicen frases que se han aprendido de memoria. No creo que es una cuestión de personalidad, porque ocurre lo mismo en todo el mundo del deporte. Los deportistas saben que si se conforman con limar algunos rasgos de su personalidad evitan problemas y satisfacen a los órganos de prensa, afirma con una sonrisa traviesa.

 

Por otra parte, los equipos tratan de no estar en contacto con el público y eso es un gran error. Después de la competición, yo obligaría a todos a estar en el paddock con la gente y a firmar autógrafos, en lugar de salir corriendo antes de que se termine la ceremonia del pódium…”. 

Otra cosa: “Al fin y al cabo, la mejor manera de ver los monoplazas de cerca es ir a las manifestaciones que organiza Ferrari. Los Racing Days son un evento ideal en los que a la parte deportiva, con el campeonato monomarca, se añade el espectáculo de la F1 y los supercoches de los Programas XX, que son unos coches increíbles. Veo que la gente viene al autódromo por los F1 pero luego no le quita los ojos de encima al FXX K. 

 

Solo Ferrari podía hacer algo así, porque esta casa es la hija de un genio como Enzo, que supo fundar de la nada una empresa que se ha convertido en un mito en el mundo entero, consiguiendo dominar en cualquier campo, tanto en los coches de carretera como en el deporte. Ferrari lleva el ADN de su fundador, un código victorioso insuperable. Es único”.

 

Para terminar, René habla de la gama actual y no tienen ninguna duda sobre su Ferrari favorito: “Me ha sorprendido mucho el nuevo GTC4Lusso, tiene una potencia clamorosa pero también es fácil de conducir y versátil, con un maletero muy amplio; es un mundo totalmente nuevo”.