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Carreras

Peter Collins

Apuesto, cortés y favorito de Enzo Ferrari, Peter Collins lo tenía todo a su favor al comienzo de la temporada del Gran Premio de 1958, pero el éxito acabaría en tragedia
Texto – Gavin Green

La temporada del Gran Premio de 1958 fue el tercer año del inglés como piloto de Ferrari en la F1, a pesar de tener tan solo 26 años.

La vida le sonreía. Un año antes, había conocido a la actriz estadounidense Louise King. Se casaron a la semana de conocerse y vivían en un yate en Montecarlo. Collins también mantenía una estrecha amistad con su compañero de equipo en Ferrari, Mike Hawthorn. Hasta compartieron el dinero del premio. 


Aquella temporada de 1958 empezó bien para Collins, logró victorias en las carreras de coches deportivos en Buenos Aires y en las 12 horas de Sebring, pilotando el Ferrari 250 TR (Testa Rossa). A medida que avanzaba la temporada, surgieron algunas fricciones con Enzo Ferrari, que desaprobaba su matrimonio y pensaba que el piloto llevaba una vida de playboy. 

Collins nació en Kidderminster (Inglaterra) en noviembre de 1931, su padre tenía un taller. Se dio a conocer en las carreras de coches deportivos y se unió a Ferrari en 1956


 

Sin embargo, unos meses más tarde, consiguió una maravillosa victoria en el Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone, su tercera victoria en F1 para la Scuderia Ferrari. Su compañero de equipo y compatriota Mike Hawthorn quedó segundo, logrando un memorable primer y segundo puesto para Ferrari. 


Dos semanas más tarde, en el GP de Alemania, en el temible y peligroso circuito de Nürburgring, Collins entró demasiado rápido y muy abierto en la curva de Pflanzgarten y se salió de la pista mientras lucha por el primer puesto. En aquella época, los errores a alta velocidad terminaban en un accidente del que te salvabas por los pelos o en una fatídica tragedia. Como dijo Tony Brooks, otro piloto inglés y futura estrella de Ferrari: «A veces nos libramos, a veces no.» 


Collins no corrió esa suerte. Salió despedido de su coche (antes los pilotos no llevaban cinturón de seguridad) y chocó contra un árbol. Era el segundo piloto de Ferrari F1 que fallecía en apenas cuatro semanas. Un mes antes, su compañero de equipo Luigi Musso murió en un accidente parecido en el GP de Francia. 

El inglés impresionó mucho a Enzo como se tomó la molestia de aprender italiano tras fichar por Ferrari y se adaptó fácilmente al estilo de vida italiano


Unos meses después, también murió Hawthorn, aunque, en este caso, no fue en el circuito. Hawthorn se retiró de las carreras al final de la temporada de 1958 (en parte debido a la muerte de Collins), tras conseguir el título mundial para Ferrari. Murió en un accidente de tráfico en Inglaterra a principios de 1959.


Collins nació en Kidderminster (Inglaterra) en noviembre de 1931, su padre tenía un taller. Se dio a conocer en las carreras de coches deportivos y se unió a Ferrari en 1956. Ese mismo año, el hijo de Enzo Ferrari, Alfredo (más conocido como Dino), murió con solo 24 años, la misma edad que Collins. Este rubio piloto inglés siempre fue muy amable con Dino, se tomó la molestia de aprender italiano tras fichar por Ferrari y se adaptó fácilmente al estilo de vida italiano. Enzo y su mujer Laura buscaron consuelo en Collins y lo trataron prácticamente como a un hijo. 


Su principal rival era su compañero de equipo de Ferrari: Juan Manuel Fangio, el mejor piloto de los años 50 y tres veces campeón del mundo

Su espíritu deportivo y sus habilidades de conducción también eran entrañables. Durante su primera temporada para Ferrari, en 1956, logró memorables victorias en Spa (Bélgica) y en Francia. Al llegar a la última prueba, el GP de Italia en Monza, tenía posibilidades de ganar el Campeonato del Mundo. Su principal rival era su compañero de equipo de Ferrari: Juan Manuel Fangio, el mejor piloto de los años 50 y tres veces campeón del mundo. Fangio se vio obligado a retirarse por problemas en la dirección antes de llegar a la mitad de la carrera, lo que suponía una gran oportunidad para Collins. 


En aquella época, los pilotos podían ceder sus coches a sus compañeros de equipo, sobre todo si eran veteranos. En un entrañable gesto de deportividad, Collins cedió su coche a Fangio. El gran piloto argentino terminó segundo la carrera tras el Maserati de Stirling Moss, compartió los puntos con Collins y ganó su cuarto título de Campeón del Mundo.


«Este gesto me conmovió tanto que se me saltaron las lágrimas», declaró Fangio más tarde. Collins tenía solo 24 años y pensaba que aún tendría más oportunidades. Pero ni siquiera habían transcurrido dos años desde entonces, cuando falleció.