La Scuderia Ferrari debuta en Fórmula 1

Estamos en 1950. Hay una crisis mundial. Tras la guerra, el sector industrial vuelve a resurgir y el mundo del automóvil también da importantes señales de vitalidad con la presentación de nuevos modelos y el aumento del número de coches en circulación. El mundo de la competición representa el aspecto más fascinante de este nuevo afán de progreso. Los pilotos son los nuevos héroes. La Federación Internacional del Automóvil quiere regular mejor el mundo de las carreras y decide establecer una nueva categoría máxima a partir de 1950: así nace el primer Campeonato Mundial de Fórmula 1.

Se seleccionan seis Grandes Premios europeos, a los que se suma la carrera de las 500 Millas de Indianápolis, en Estados Unidos. La temporada de 1950 comienza con el GP de Silverstone (Reino Unido), pero la Scuderia Ferrari no participa por un desacuerdo contractual y opta por correr una carrera de F2 en Mons (Bélgica), donde logra los tres primeros puestos con Alberto Ascari, Luigi Villoresi y Franco Cortese al volante de los 166 F2. Los coches de Fórmula 1 llevan motores de 1500 cc con compresor volumétrico o motores de 4500 cc atmosféricos.

Enzo Ferrari decide presentar tres 125 F1 sobrealimentados a partir de la segunda prueba, el GP de Mónaco, que pilotan Alberto Ascari, Luigi Villoresi y el francés Raymond Sommer. El 21 de mayo de 1950 es una fecha histórica en los anales de la historia del automovilismo: señala el debut de la Scuderia Ferrari en Fórmula 1. Los 125 F1 en términos de potencia son inferiores a sus rivales y pesan más, Ferrari lo sabe y ya está pensando en un nuevo monoplaza. Un accidente en la primera vuelta condiciona el resto de la carrera. Una ola del mar extraviada, un pequeño tsunami, moja el asfalto en la curva del Tabaccaio, y el Alfa Romeo de Giuseppe Farina —en ese momento, el segundo detrás de su compañero de equipo, Juan Manuel Fangio— hace un trompo que le obliga a retirarse a él y a otros 9 monoplazas.

Fangio domina las cien vueltas de la carrera desde la salida, en la pole, hasta la línea de meta y consigue también la vuelta más rápida. Alberto Ascari es el segundo, mientras que Sommer queda en cuarta posición. Villoresi se ve obligado a retirarse por un problema en la transmisión. Obviamente, Enzo Ferrari no está satisfecho y decide acortar los plazos para disponer antes del nuevo monoplaza con un motor más potente. Para ello, presiona al equipo técnico. A lo largo de la temporada llegan, en primer lugar, el monoplaza con motor 275 de 3300 cc; después, el 340 de 4100 cc, y, por último, el 375 de 4500 cc, con motores atmosféricos V12. Tres avances de desarrollo en solo unos meses, una tarea hercúlea que demuestra el potencial técnico del equipo de Maranello.