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Los Hockenheimring

08 settembre 2016

El fin de semana que viene, el bonito y moderno circuito de Hockenheimring, situado en los alrededores de la Selva Negra, será invadido por Ferrari y sus coches. De hecho, en la pista del Baden-Württenberg se celebrará el segundo Ferrari Racing Days de la temporada europea, con más de 458 Challenge listos para combatir junto a otros muchos vehículos, entre ellos F1 Clienti y coches de los Programmi XX.

 

La Scuderia Ferrari se encargará de añadir aún más espectáculo y adrenalina ofreciendo a los seguidores alemanes una sensacional demostración de aceleraciones, rapidísimas paradas en boxes y espectaculares derrapes y trompos.

Entre los monoplazas también habrá un F1-2000 muy especial, la que otorgó la primera victoria a Rubens Barrichello, testigo de un Hockenheimring que ya no existe. Era el circuito que Alain Prost -al que no le gustaba- llamaba el del “dolor de cabeza”, pero que sabía exaltar los motores, especialmente los V12 de Ferrari, y en el que los pilotos tenían que hacer uso de todas sus habilidades para no salirse de la pista en las curvas estrechas y lentas del Motodrom después de haber ido a más de 350 km/h entre los árboles de la Selva Negra.

 

Ese trazado ya no existe, y cuando intentas rememorar por el bosque la que fue, junto con Monza, la pista más rápida de Fórmula 1, te embarga la nostalgia.

 

Después de la curva 1, antes de que el nuevo circuito gire hacia la derecha para afrontar la curva Parabolika, aún se encuentra el monumento a Jim Clark, dedicado al dos veces campeón del mundo de Fórmula 1 que perdió la vida allí en 1968. Ese día, el piloto escocés perdió el control de su Lotus a causa de un pinchazo y no pudo evitar chocar contra los árboles. 

Después de la curva 1 empezaba una recta larguísima, en la que, poco después de la muerte de Clark, se introdujo una chicane. Esa frenada, con la que se pasaba de una velocidad de locos a pocos km/h, se hizo famosa por los adelantamientos, los logrados y los no logrados: en 1991, Ayrton Senna hizo que el ataque del Ferrari de Prost terminara en los conos de delimitación de la pista; y en ese mismo punto, Mika Salo dio espectáculo en 1999 luchando con el cuchillo entre los dientes en el Ferrari del accidentado Michael Schumacher contra los McLaren de David Coulthard y Mika Hakkinen.

 

Hoy esa chicane es prácticamente imposible de identificar porque ahora es un terraplén formado por los restos de la eliminación de kilómetros del antiguo circuito.

 

El trazado, luego, se desplazaba ligeramente hacia la derecha para llega a la Östkurve, en cuyo interior se construyó una chicane tras la muerte de Patrick Depailler en una sesión de pruebas con Alfa Romeo. Aquí, donde Nelson Piquet en 1982 se lio literalmente a patadas con Eliseo Salazar, que lo había echado mientras el brasileño estaba a punto de adelantarlo, aún puede reconocerse el antiguo trazado por los árboles que son mucho más jóvenes que los demás.

 

De hecho, no tienen más de 15 años de vida, pero muy pronto la memoria de los motores que rugían con toda su potencia también se desvanecerá irremediablemente aquí.

 

Después de la Östkurve, volvemos a toparnos con asfalto porque esa parte de la pista pasa al lado de la carretera nacional y se ha convertido en carril bici. Así llegamos cerca de la actual curva cerrada, que se une a la curva 1 a través de la Parabolika. 

Allí se encontraba la tercera chicane, dedicada Ayrton Senna, que era uno de los pilotos que más amaba el circuito de Hockenheimring. De ahí, después de otra recta se llegaba al Motodrom, que sigue existiendo, aunque no tiene nada que ver con el de aquella época. El diseño del circuito sigue siendo el mismo, lo que ha cambiado es la configuración aerodinámica de los coches.

 

El antiguo circuito de Hockenheimring era superrápido, obligaba a utilizar marchas largas para aprovechar al máximo el motor y los alerones sin carga, hasta el punto de no poder leer el nombre del patrocinador, para alcanzar la máxima velocidad posible. 

Por eso, en aquel tiempo llegar al Motodrom significaba darse una vuelta por el infierno en cuatro curvas, obligados a afrontarlas prácticamente en contraviraje. Así de reducida era la capacidad de giro de esos coches diseñados para volar en las rectas…

 

Nigel Mansell, Senna, incluso Schumacher y Hakkinen hablan de las carreras de Hockenheimring como algunas de las más divertidas y difíciles de su carrera. Después de los cambios, la pista ha pasado a ser de media carga aerodinámica, lo que facilita enormemente la vida en el Motodrom.

El antiguo Hockenheimring vivió su canto del cisne con la carrera más loca de la temporada de 2000 (aunque también se corrió en 2001). Aquel domingo Barrichello tuvo que salir en 18ª posición. En las últimas vueltas empezó a llover en toda la pista, excepto en el Motodrom. Entonces, Barrichello decidió no pararse a cambiar los neumáticos y con unos increíbles contravirajes consiguió llegar hasta el final conquistando su ansiado triunfo en las carreras.

 

Las lágrimas en los ojos, incluso antes de subir al podio y la bandera brasileña ondeando con la mirada puesta en el cielo, para dedicar ese éxito a Ayrton Senna, siguen presentes en la memoria de muchísimos seguidores.