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John Surtees, el rey de las dos y las cuatro ruedas

09 ottobre 2019

1964 fue un año histórico para el mundo de las carreras: el “hijo del viento” logra su objetivo y se alza con el título de Campeón del Mundo de Fórmula 1. Su verdadero nombre es John Surtees y su hazaña es ser el primer y único piloto de la historia en haberse proclamado campeón de las dos y las cuatro ruedas. En su palmarés cuenta con tres títulos mundiales en la categoría de 350 y cuatro en la de 500, todos ellos conseguidos entre 1956 y 1960 con el MV Agusta y, además, el título de Fórmula 1 en 1964 con la Scuderia Ferrari. 

En ese mismo año, Surtees también contribuyó a conseguir el título de Constructores de la Scuderia Ferrari, después de haber jugado un papel decisivo en la victoria del Mundial de Resistencia.

En 1964, Surtees compitió con el nuevo 158 con motor V8, un tipo de propulsor que más tarde se utilizará en una serie de vehículos GT de carretera destinados a los clientes, que aún forman parte del ADN de Ferrari. El piloto inglés no tenía medias tintas: ganaba, llegaba segundo o no puntuaba.

Tras un comienzo difícil con varios abandonos, las victorias de Nürburgring y Monza supusieron un punto de inflexión y le permitieron acortar distancias con pilotos del calibre de Graham Hill y Jim Clark. El título se decidió en el Gran Premio de México: Hill, tras colisionar con el segundo Ferrari pilotado por Lorenzo Bandini, llevaba dos vueltas de desventaja.

Clark se vio obligado a detenerse debido a una fuga de aceite en la última vuelta y Ferrari dio órdenes a Bandini de dejar pasar a su compañero de equipo Surtees, quien, con un segundo puesto, se adjudicó el campeonato con un punto de ventaja sobre Hill.

En las dos últimas carreras, EE.UU. y México, los Ferrari salieron a la pista con los colores blanco y azul de NART (North American Racing Team), el equipo del importador Luigi Chinetti. Era una forma de protesta contra las autoridades deportivas italianas que no ayudaron a Ferrari a homologar el 250 LM como Vehículo GT en vista de las 24 Horas de Le Mans de 1965.

Preciso, meticuloso, técnicamente preparado, John Surtees encarna una pasión y un talento fuera de lo común. Ningún otro piloto de motos ha conseguido ganar en la máxima categoría del automovilismo, y mucho menos al contrario.