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60 AÑOS DEL DINO: LA CREACIÓN DE UNA LEYENDA

Texto: Alessandro Giudice

El Dino celebra este año el 60 aniversario de su debut, cuando cautivó a los visitantes del Salón del Automóvil de París en 1965 con su diseño atemporal y la pureza de sus líneas. Aunque la historia del primer Ferrari de producción con V6 central trasero es bien conocida, no lo es tanto la secuencia de decisiones que dieron forma a su inconfundible silueta y el proceso artístico, técnico y artesanal a través del cual se creó el prototipo.  Seis décadas después, Pietro Stroppa da vida a aquella historia con dibujos precisos y muy reveladores.

Stroppa comenzó su carrera diseñando interiores de automóviles en Bertone como ayudante de un joven Giorgetto Giugiaro, antes de trasladarse a Pininfarina y trabajar junto a Brovarone, Martin y Fioravanti. 

Fabricado a partir de una estructura de mascherone y refinado mediante el tradicional trabajo de chapa y pintura, la forma del Dino surgió de un minucioso proceso artesanal

Recuerda la primera reunión informativa sobre el Dino, en la que el equipo de diseño recibió instrucciones directas de Sergio Pininfarina, profundamente interesado en el proyecto. Fue una conversación breve (media hora como mucho) acompañada de una presentación del diseño mecánico del coche (n5.JPG), que era casi opuesto al de los habituales Ferraris V12 con motor delantero.

Un par de semanas más tarde, se eligió la propuesta ganadora: un diseño de Aldo Brovarone que preveía una elegante berlinetta con pasos de rueda delanteros redondeados y fluidos y una cola alta truncada. Una línea de techo baja, un amplio parabrisas panorámico y un capó que, libre de las limitaciones de los motores delanteros, podía estrecharse hacia la calzada, dando al coche una actitud dinámica y una excelente visibilidad hacia delante.

El concepto inicial se sometió a varias revisiones. El propio Enzo consideraba que la toma de aire en forma de boca de pez era «demasiado Ferrari», por lo que se sustituyó por un morro sin rejilla flanqueado por faros dobles protegidos con un panel de plexiglás. La luneta inicialmente propuesta, que albergaba seis tubos de admisión (n6 y n7), dio paso a una luneta semicircular cóncava que seguía las alas traseras de unión entre la cabina y la cola.

 

Los bocetos de Stroppa combinan la creatividad del diseñador con detalles técnicos reveladores

Fue entonces cuando se empezó a trabajar en el prototipo propiamente dicho a partir de una maqueta a escala 1:10 que mostraba el coche en sus cuatro vistas —perfil, frontal, trasera y planta— para establecer una idea general del vehículo (n8). Stroppa señala: «Esta era la primera etapa geométrica del desarrollo, no ya la artística». El siguiente paso fue crear un dibujo a tamaño real 1:1, marcado con una cuadrícula densa que mostraba las medidas de cada elemento (n10). A partir de ese momento podría empezar el trabajo práctico con el prototipo.

Stroppa explica: «Los modeladores del taller crearon las secciones de madera de la maqueta (n11). Imaginemos una barra de pan cortada en rebanadas que, una vez juntas, recrean la forma original. Aquí, el proceso funcionaba a la inversa, porque las rebanadas se construían antes de juntarlas». Esta estructura formaba el mascherone, la maqueta que transmitía las líneas y los volúmenes del coche (n12). El armazón se rellenaba con resina (n13), se perfeccionaba y después se utilizaba como molde para formar la carrocería, creada a partir de chapas de metal y aluminio que los chapistas moldeaban a mano (n16). Una vez terminada, se construía una jaula alrededor del mascherone como estructura de referencia para ensamblar los paneles de la carrocería (n14 y n15). A continuación, la jaula se montaba en el chasis que suministraba Ferrari (n17). Todo el conjunto descansaba sobre una base de «mármol» que mostraba todos los puntos de referencia clave, incluida la posición correcta de las ruedas.

Era un proceso complejo y totalmente manual. Los diseñadores trabajaban en grandes mesas, los cálculos se hacían con reglas de cálculo, los artesanos daban forma a los detalles clave en madera para que las piezas encajaran a la perfección y los chapistas conformaban el metal con sus martillos. Extraordinariamente moderno y notablemente único, el Dino sigue siendo una obra maestra de dinámica, estilo e ingeniería.