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Homenaje a una leyenda: El Ferrari GTO

Anunciado este mismo mes de 1984, el GTO fue el primero en llevar este acrónimo legendario desde el icónico 250 GTO de varias décadas antes. Para eso tenía que ser especial... y por suerte eso es exactamente lo que era
Texto: Ben Barry - Fotos: Talacrest Ferrari

El Ferrari GTO —o 288 GTO, como también se conoce a este influyente superdeportivo— es venerado entre los coleccionistas serios, pero probablemente merece más reconocimiento.

Confundido fácilmente con un Ferrari 308 GTB por los entusiastas menos entendidos, ignorado a menudo incluso por los expertos en favor del Ferrari F40, con el que guarda estrecha relación, el GTO es un modelo quizá infravalorado pero crucial en el canon de Maranello, en especial si tenemos en cuenta que este «Gran Turismo Omologata» fue el primero en utilizar el apodo GTO desde el legendario 250 GTO de Ferrari y que nació de un espíritu igualmente inquebrantable.


Vea de cerca el raro GTO en este vídeo exclusivo que muestra las impresionantes líneas del automóvil, que fue lanzado hace 39 años

Es algo que en parte debemos agradecer a la categoría de automovilismo del Grupo B. Introducido por la FISA para la temporada de 1982, el Grupo B es sinónimo de World Rally Cars, coches llameantes que corrían sobre grava, asfalto y nieve.

Menos sabido es que su reglamento técnico, famoso por su laxitud, también abarcaba las carreras en circuito, con la exigencia de que solo se produjeran 200 unidades para homologar los coches para competición.

Se podían producir otros 20 modelos «evolution» para introducir versiones automovilísticas aún más extremas, lo que allanó el camino para una carrocería más ligera, una aerodinámica más agresiva, potencia extra y, en general, todo al límite. Esto es precisamente lo que Ferrari tenía pensado con el GTO Evoluzione, el hermano más salvaje del GTO normal.

Bajo el capó se encuentra un potente motor V8 de 2,8 litros, que genera 400cv y es capaz de acelerar el coche de 0 a 100 km/h en tan solo 4,9 segundos

Sin embargo, como ocurre siempre con los coches de altas prestaciones de Ferrari, fueron las innovaciones técnicas procedentes de la Fórmula 1 las que realmente inspiraron el desarrollo del GTO, con su potente cóctel de propulsión turboalimentada y carrocería de un compuesto ligero claramente inspirado en el Ferrari 126 CK de 1981, el primer coche de Fórmula 1 turboalimentado y material compuesto de Maranello.

No se trataba de un ejercicio de marketing con un endeble pasaje de carrera a carretera. De hecho, el desarrollo del GTO corrió a cargo del equipo de Fórmula 1 protagonista del programa del Ferrari 126 C, que lideraba Harvey Postlethwaite, director técnico de GES.

El parecido familiar con el superdeportivo 308 GTB de la época es sorprendente y lógico, ya que ambos fueron diseñados por Pininfarina, pero el GTO es una propuesta radicalmente diferente, no solo bajo la superficie, sino también por encima.

El estilo del automóvil era similar al 308 GTB, sin embargo, el interior tenía varios toques sutiles, incluido un logotipo especial de GTO en la cubierta del altavoz y en el tablero

Construido en torno a un chasis tubular de acero de perfiles unidos por adherencia frente a la estructura semimonocasco del 308, la batalla del GTO se alarga unos 110 mm hasta los 2450 mm, mientras que su carrocería es en su mayor parte una mezcla de ligeros paneles compuestos.

Esta nueva carrocería añade un tono musculoso a las curvas más delicadas del 308, primero en fibra de vidrio y después en aluminio, por no mencionar un claro guiño al legendario 250 GTO gracias a las triples rejillas de los difusores, que parecen marcas de garras detrás de las ruedas traseras.

A nivel fundamental, el motor V8 montado en posición central está emparentado con el del 308, pero hay numerosas modificaciones de ingeniería de enorme importancia, entre las que destaca el giro del motor 90 grados hasta una posición longitudinal, en aquel entonces una novedad de Ferrari, ahora la norma. De este modo, la caja de cambios manual de cinco velocidades queda a la vista en la parte trasera del coche, lo que facilita el cambio de relaciones en la pista.


Las ventilaciones de enfriamiento triples que se ven en el exterior del automóvil fueron un elegante guiño al icónico 250 GTO en la década de 1960

En realidad, la cilindrada del V8 se ha reducido a 2,8 litros frente a los 3 litros del 308 (lo que le ha valido al GTO el apelativo informal de 288 para diferenciarlo del 250 GTO), pero los dos turbocompresores IHI, que impulsan el motor con una fuerza endiablada, lo compensan con creces.

El resultado es una potencia brutal de 400 CV en una carrocería ligera que solo pesa 1160 kg sin líquidos, una mejora considerable respecto a los 255 CV del 308 GTB, incluso sin tener en cuenta el ahorro de peso de 110 kg. El GTO pasa de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y alcanza los 305 km/h a toda máquina.

Para los que lo conocen, el GTO es el superdeportivo que inició uno de los periodos más emocionantes de la historia de Ferrari al recuperar el nombre más evocador de su pasado y aprovechar la tecnología de la Fórmula 1 para el futuro. Al César hay que darle lo que es del César.