Una simbiosis perfecta

Elegante y agresivo, sofisticado y deportivo, con una personalidad muy distintiva, sin ser ostentoso. Estas son las complejas y fascinantes características que el Ferrari Portofino M tiene en común con Milán y sus habitantes —no es de extrañar que hayan convertido a esta ciudad italiana en una de las capitales mundiales de los negocios, el diseño y la moda. 

Con su elegancia atemporal, el nuevo spider de Maranello se desenvuelve perfectamente por las antiguas calles de adoquines del centro de la ciudad, que serpentean a través de antiguas obras maestras arquitectónicas como el imponente Castillo Sforzesco del siglo XV, la iglesia de Sant'Eustorgio del siglo XV o el palacio Brera del siglo XVII, que alberga la Accademia y algunas de las grandes obras maestras de la pintura italiana. 

La gran personalidad del diseño del Ferrari Portofino M también destaca junto a las obras maestras de la arquitectura modernista, que tanto abunda en la ciudad, como la Torre Velasca o el Palazzo Montecatini. Su espíritu de coche contemporáneo altamente tecnológico sintoniza perfectamente con los nuevos barrios y rascacielos de Porta Nuova, diseñados por los mejores arquitectos de nuestro tiempo, desde Stefano Boeri hasta Cesar Pelli. Pero, como el Ferrari Portofino M es, ante todo, puro placer y diversión al volante... ¿qué mejor destino para finalizar este tour que la zona de los canales de Navigli que está repleta de locales y restaurantes, donde a los milaneses les encanta salir de noche?

Un coche y una ciudad por descubrir.