El vuelo de un Ferrari sobre ruedas de fibra de carbono
Glenn Butler
Las ruedas de Carbon Revolution mejoran aún más el envidiable rendimiento del 488 Pista
Para los supercoches como el Ferrari 488 Pista, la potencia y el peso son el ying y el yang del rendimiento. El Pista —el coche de carretera V8 más veloz jamás construido en Maranello— equilibra ambos factores con maestría para alcanzar así su máximo potencial: 50 caballos más de potencia que el 488 GTB, con una asombrosa diferencia de peso de 90 kg respecto a ese modelo. Se trata de un logro excepcional, que todavía sorprende más cuando se sabe de dónde se ha reducido peso. Reducir el peso en el centro de masa es bueno, pero hacerlo en los extremos es aún mejor. Ese el motivo de utilizar fibra de carbono en los paneles del cuerpo y una de las ventajas de utilizar frenos cerámicos de carbono. Pero los ingenieros de Ferrari querían más para el Pista —bueno, menos, en realidad— y su búsqueda les llevó, literalmente, al otro extremo del mundo, a una ciudad llamada Geelong.
Geelong se encuentra en una tranquila bahía a una hora al sur de Melbourne, la metrópolis más meridional de Australia. En las afueras de Geelong se encuentra la Deakin University y en uno de los espacios del campus está Carbon Revolution, una empresa surgida a raíz de un proyecto de 2004 para posgraduados centrado en la construcción de coches ligeros de carreras. En 2007, Carbon Revolution se convirtió en productor de ruedas de fibra de carbono.
La compañía —con más de 170 empleados en la actualidad— pronto hizo un avance significativo: sus ingenieros dieron con la manera de fabricar una llanta y su perfil en una sola pieza de fibra de carbono, lo que redujo tanto la complejidad de la producción como su peso. Unas ruedas más ligeras implican unos extremos más ligeros, lo cual reduce las fuerzas, de inercia y de masa rotativa, a las que debe vencer el tren de transmisión. De ese modo, el coche puede acelerar más rápido, tomar curvas mucho más abruptas y a mayor velocidad y frenar de forma más efectiva. Todos ellos son factores que, como es natural, aumentan el placer de la conducción. «Se trata de una significativa mejora en la dinámica del vehículo que incrementa enormemente su rendimiento», explica Jake Dingle, director ejecutivo de Carbon Revolution. Es un proceso muy complejo que requiere el uso de maquinaria avanzada, propia de la industria aeroespacial.
Por ejemplo, la empresa, en una fase del proceso de fabricación de la llanta, utiliza una máquina de Colocación de fibras a medida (TFP, por sus siglas en inglés) que cose una «estrella» a una plantilla. Y para hacerlo, debe utilizar una cinta de fibra de carbono de un centímetro de ancho compuesta de 24 000 hebras individuales, cada una de ellas con la anchura de una décima parte de un cabello humano. Más tarde, cada una de estas «estrellas» se introduce en un proceso de laminado de fibra seca —junto a otros componentes— en el que es necesario colocarla a mano en el molde para las ruedas. Dingle indica que la TFP ofrece la fiabilidad necesaria en una de las áreas más importantes en el diseño de ruedas. «Las ruedas deben unirse a un vehículo cuyo peso oscila entre una y dos toneladas. La llanta de la rueda debe manejar una potencia de centenares de caballos proveniente del tren transmisión. Durante una vida útil de más de 300 000 kilómetros, debe hacer frente a la fatiga.
Tiene que lidiar con factores externos como el impacto de los baches. Además, dentro de la rueda está el disco y las pinzas del freno, que pueden alcanzar temperaturas de hasta 1000 grados centígrados a escasos centímetros de la misma. Así que la llanta no puede fallar... aunque atornillar un compuesto de fibra y polímero a un coche es verdaderamente difícil. Ese punto de conexión transmite hacia el coche la carga que introduce la carretera a través de la rueda. Sin embargo, con esta máquina podemos colocar cada fibra exactamente como la queremos y en la dirección que necesitamos que vaya». Carbon Revolution —seleccionado como socio estratégico por Ferrari en el programa 488 Pista— ha producido ruedas de fibra de carbono para otros fabricantes de equipos originales, pero es la primera vez que fabrica una llanta de una sola pieza, tal y como ha hecho para Ferrari.
Una innovación que reduce el peso de cada rueda en casi un kilogramo, algo verdaderamente asombroso si tenemos en cuenta que las ruedas de fibra de carbono son casi un 40 % más ligeras que las ruedas estándar montadas en el Ferrari 488 GTB. El proceso de fabricación de las ruedas continúa con otras fases, hasta finalizar en la sección de pintura, en la que se la aplica un capa de acabado transparente. La empresa puede entonces pintar las ruedas —una ventaja competitiva más—, pero Ferrari prefiere dejar a la vista el avanzado material del que están fabricadas sus ruedas: la pintura, además, añade peso y cuando cada gramo cuenta, es mejor evitar aumentarlo solo por vanidad.