Cooper MacNeil, coleccionista de Ferraris y campeón de Challenge

Richard S. James

Cuando no está compitiendo —y ganando— al volante de un Ferrari 488 GT3 o de un 488 Challenge, MacNeil disfruta de los momentos que pasa pilotando alguno de sus singulares coches históricos del Cavallino Rampante

Cualquier aficionado de Ferrari envidiaría a Cooper MacNeil. Si no está al volante de un 488 GT3 en el campeonato WeatherTech SportsCar de IMSA en la categoría GT Daytona, estará compitiendo en el Ferrari Challenge, que lo convirtió en campeón de la serie Norteamérica de la categoría Trofeo Pirelli en 2018. O quizá esté conduciendo uno de los vehículos que conforman la impresionante colección que comparte con su padre. En ella se puede encontrar un sinfín de joyas 250 GT de los años 60, como un Lusso y un GTO, un 275 GTB/4, un 365 GTB/4 Daytona y hasta clásicos más modernos, como el F40, el F50 y el Enzo.

MacNeil no siempre ha competido con vehículos de Ferrari. A excepción del año 2011 en el Ferrari Challenge, su trayectoria en el mundo del automovilismo se ha desarrollado en gran parte con otras marcas, hasta que empezó su colaboración con la Scuderia Corsa en 2017. «Mi padre colecciona vehículos de Ferrari y siempre ha mantenido una buena relación con la casa de Maranello, así que era solo una cuestión de tiempo que yo empezase a pilotarlos en competiciones», explica MacNeil.

Su padre, David MacNeil, es el fundador y CEO de WeatherTech, una empresa que fabrica una gran variedad de accesorios de automoción, aunque quizá sea más conocida por sus alfombrillas para todo tipo de clima y sus revestimientos para el área de carga. El propio David MacNeil ha competido en algunas ocasiones, pero en la actualidad mantiene su atención puesta en los negocios, en su colección de automóviles y en la gestión como propietario de WeatherTech Racing, que patrocina los vehículos que conduce Cooper, entre los que se encuentra el 488 GTE con el que compite en las 24 Horas de Le Mans.

«Para mí Ferrari siempre ha estado en lo más alto del podio de los deportes de motor», afirma Cooper, que estudió Economía en la Universidad de Colorado y tiene 26 años. «He crecido viendo a Michael Schumacher y otros grandes pilotos. Siempre he querido competir con un Ferrari». Entonces el equipo de la Scuderia Corsa ganó el campeonato dos años seguidos, anunciando su unión con WeatherTech Racing. «Iniciamos conversaciones con Giacomo Mattioli, el propietario de la Scuderia Corsa», explica MacNeil.

Una cosa llevó a la otra, y el piloto nacido en Illinois comenzó a competir para el equipo en el Ferrari Challenge, a principios de 2017. Su primera participación en el Ferrari GTE tuvo lugar durante las 24 Horas de Le Mans de ese mismo año, con un podio como resultado. La colaboración fue ampliándose hasta incluir también el IMSA de 2018, donde en su primera temporada consiguió una victoria en Petit Le Mans y la cuarta posición en la clasificación de pilotos de GT Daytona. Todo esto continúa en 2019 con la colaboración entre Toni Vilander —piloto de pruebas de Ferrari y campeón GT del Pirelli World Challenge de 2018— y MacNeil para la temporada.

Ahora MacNeil espera en su 488 Pista Piloti, una edición especial de la versión más potente del 488 que se encuentra disponible solo para los participantes en los programas de competición de Ferrari. «No es común hacerse con este vehículo, así que genial. Y conducirlo va a ser increíble». Este 2019, MacNeil volverá a competir en el Ferrari Challenge, a pesar estar centrado en el IMSA y Le Mans, dos competiciones en las que, por cierto, confía poder ganar. Parte de esta seguridad en sí mismo se debe a la cantidad de tiempo que está pasando en la pista. «Uno de los motivos por los que he estado pilotando tan bien es el tiempo que he pasado en el coche. Cuanto más conduces, mejores son los resultados. Si puedo combinar el 488 GT3 con el Ferrari 488 Challenge y ganar más experiencia de competición y más tiempo en pista en una plataforma 488, ¿por qué no hacerlo?», se pregunta retóricamente.

«En Montreal, en el Ferrari Challenge, me clasifiqué en la pole y gané ambas carreras con ventaja de principio a fin. Es un circuito que me encanta, es como los modernos de Fórmula 1, pero también recuerda a un circuito callejero de los de antes por la proximidad de la pista a los muros. Exige una ausencia de errores y una conducción precisa. Ganar con un Ferrari en el circuito Gilles Villeneuve de Montreal me pareció increíble. A la gente todavía le encanta Ferrari por Villeneuve».