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Pasión

Charles: recordando a Gilles

En Fiorano, Leclerc se divierte al volante del 312 T4 que perteneció al inolvidable Villeneuve
Texto: Davide Marchi

Un monoplaza legendario y triunfal.


Un piloto de la nueva generación, ambicioso y decidido.


Y un circuito, el lugar de la cita, una pista histórica que, en 2022, cumplió 50 años.


El circuito es Fiorano, el banco de pruebas de todos los Ferrari desde 1972, así como el escenario de la infinidad de pruebas que la Scuderia realizó durante años, hasta que la normativa de la Fórmula 1 lo prohibió para recortar los costes que iban en vertiginoso aumento. 

Vea a Charles Leclerc familiarizarse con el 312 T4 en el circuito de Fiorano en Maranello

El piloto es Charles Leclerc, el talento que conduce el Ferrari número 16 en la Fórmula 1, protagonista de un extraordinario inicio de temporada 2022, con dos victorias en las tres primeras carreras. El coche es el 312 T4 de 1979, un coche "feo, pero triunfal", como decía Enzo Ferrari, con el que Jody Scheckter ganó el campeonato y con el que Gilles Villeneuve se consagró definitivamente en el Olimpo de los pilotos legendarios.


Leclerc y el 312 T4 se dieron cita en Fiorano, justo después de Semana Santa para dar unas vueltas y rendir homenaje al campeón canadiense, Gilles, que perdió la vida un 8 de mayo de hace 40 años, durante las pruebas de clasificación del Gran Premio de Bélgica en el circuito de Zolder.


Charles Leclerc y Réne Arnoux hablan sobre el 312 T4 de Villeneuve

A este encuentro tan especial asistieron la familia Giacobazzi, dueña del coche, el amigo y rival de Gilles, René Arnoux, que ocupó el lugar de Villeneuve en la Scuderia a partir de 1983 y algunos mecánicos históricos, como Umberto "Benny" Benassi, Gabriele Pagliarini, Pietro Corradini y Anselmo Menabue.


Leclerc tiene bastantes cosas en común con Gilles: habla muy bien italiano, a pesar de su inconfundible acento francés, llegó a Ferrari siendo prácticamente un desconocido para sustituir a un campeón consagrado como Kimi Räikkönen, enciende a las multitudes por la pasión con la que se enfrenta a los duelos y no entiende de compromisos cuando se trata de ganar una carrera.


En el garaje con Leclerc y el 312 T4

Al llegar a Fiorano y ver el 312 T4, exclama: "¡Qué maravilla! ¿Me puedo subir?" Por supuesto, Charles. A su alrededor están los mecánicos de Ferrari Corse Clienti —responsables de gestionar el coche en el circuito—, Andrea Bertolini —piloto de pruebas del departamento y leyenda de Gran Turismo—, Arnoux y, algo más retirados, los mecánicos de Gilles, que tienen miedo de estorbar, pero muchas ganas de estar cerca del piloto.


Grabando el evento hay un equipo de Fórmula 1, que va a preparar un video para emitirlo precisamente el 8 de mayo, antes de la salida del Gran Premio de Miami. Bertolini da algunos consejos a Charles sobre cómo conducir el coche: "Tienes que engranar las marchas con decisión, cuidado con los neumáticos, son muy duros y no tienen mucho agarre". Charles escucha y estudia los pocos mandos de este automóvil que se fabricó 18 años antes de que él naciera.


El 312 T4 en el circuito de Fiorano

Ha llegado la hora de saltar a la pista. El 312 T4 llega ya en marcha, Charles mete la primera con timidez. El motor se apaga, pero los mecánicos lo vuelven a arrancar rápidamente. Estamos listos para empezar: el rugido del 12 cilindros retumba con orgullo en el circuito donde tantas veces ha sido protagonista.


Leclerc en la primera vuelta está muy atento para no cometer ningún error, luego va cogiendo confianza y pronto empieza a divertirse haciendo cruzadas que hacen las delicias del personal en boxes, especialmente de los mecánicos de Villeneuve: "Parece como si estuviera viendo a Gilles", dice Benassi emocionado.


Las pocas vueltas previstas pasan volando: a Charles le da pena tener que poner fin a esa experiencia: "Me hubiera gustado dar unas vueltas más, conducir este coche es fantástico. La verdad es que hacerse un Gran Premio entero debía ser toda una hazaña". Luego hablamos de Gilles: "Conozco a Villeneuve por el hecho de que era valiente, temerario e indomable. Solo ganó seis carreras, pero probablemente contribuyó como nadie a alimentar el mito del Cavallino Rampante. Ha sido todo un honor poder conducir este coche para rendir homenaje a este gran piloto. Por mi parte, espero poder seguir regalando emociones a los aficionados con mis actuaciones en las carreras al volante del Ferrari". Contamos con ello, Charles.