Automóviles

Un viaje definitivo por carretera con Ferrari

Texto: Ben Barry

La Cavalcade Classiche regresó recientemente para su octava edición y reunió 60 Ferraris clásicos en un recorrido en automóvil que combinó el pasado histórico del Cavallino Rampante con el increíble paisaje de las Dolomitas italianas.

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El evento, que atrae a apasionados propietarios de Ferraris de todo el mundo, comenzó la mañana del 23 de septiembre en Bressanone, una ciudad histórica ubicada entre el macizo montañoso de Plose y los Alpes de Sarentino en la región del Tirol del Sur. Un convoy que incluía desde el primer coche de carretera de Ferrari, el 166 MM de 1948, hasta los modelos 250 GTO, F40, F50 y Dino 246 GT, partió a las 9 de la mañana serpenteando por las antiguas calles adoquinadas del municipio, escoltado en dirección el sur por la policía de tráfico italiana.

A media mañana, la Piazza Walther de Bolzano se había transformado en una exhibición improvisada de Ferraris, ya que tanto locales como turistas pudieron disfrutar de una muestra de algunos de los modelos más significativos de Maranello. 

Las Dolomitas ofrecieron un impresionante escenario natural para el viaje por carretera de la Cavalcade Classiche

El desafío subió de dificultad cuando, esa misma tarde, el convoy se aventuró en el corazón de las Dolomitas. Los conductores recorrieron las sinuosas carreteras del parque natural de Sciliar-Catinaccio, mientras los motores V6, V8 y V12 rugían y resonaban contra las escarpadas paredes rocosas que bordeaban curvas amplias y también cerradas en horquilla. Después de una parada relajante en Selva di Val Gardena bajo los imponentes muros verticales de roca del Piz Miara, el circuito de regreso condujo al convoy de vuelta a Bressanone para pasar una velada en excelente compañía saboreando alimentos de calidad.

Al día siguiente, la Cavalcade exploró la Alta Badia y el parque natural de Fanes-Sennes-Braies antes de ascender al Passo Giau, una ruta espectacular a menudo inaccesible en invierno que ofreció a los conductores la oportunidad de experimentar sus clásicos en una de las mejores carreteras del mundo. Las exhibiciones de automóviles en el lago Mosigo en San Vito di Cadore y en el famoso balneario de Cortina d'Ampezzo brindaron otra oportunidad para que los espectadores se acercaran a la Cavalcade mientras los participantes se detenían para reflexionar sobre la conducción del día.

Sesenta Ferraris clásicos participaron en el recorrido, desde el 166 MM hasta el F40

El último día incluyó el exigente Passo Erbe antes de las exhibiciones públicas en Brunico y la abadía de Novacella, esta última monasterio agustino del siglo XII famoso por su producción de vino y su costumbre de recibir peregrinos en su viaje al sur camino de Roma.

Una cena de gala en la Piazza del Duomo de Bressanone brindó a los participantes tiempo para relajarse e intercambiar relatos tras tres increíbles días de placer al volante. Pero la Cavalcade Classiche fue más que un simple recorrido en coche. Ofreció a entusiastas, turistas y transeúntes por igual una oportunidad única de ver, escuchar y experimentar la historia del Cavallino Rampante en medio de algunos de los paisajes más impresionantes de Italia.