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Carreras

Una vida bien vivida

El piloto sudafricano Jody Sheckter recuerda su famoso título de Fórmula 1 de 1979 con Ferrari y nos abre las puertas de su garaje, donde aún hoy se encuentra su emblemático 312 T4
Texto: Ben Barry - Vídeo: Ollie McIntyre

Cuando abre las puertas dobles del garaje al fondo del patio, la luz del día inunda los 11 coches de carreras históricos que Jody Scheckter guarda cerca de Laverstoke Park Farm, en Hampshire, una renombrada granja biodinámica que el antiguo campeón de Fórmula 1 fundó hace veinte años.

Cada coche relata un capítulo clave de la trayectoria del sudafricano, empezando por un Merlyn Mk11a Formula Ford que pilotó en la carrera de apoyo Race of Champions de 1971. «Me lo entregaron en Brands Hatch, salí en segunda fila, hice un trompo, recuperé posiciones y terminé segundo», recuerda el piloto de 72 años.


Mire cómo Jody Scheckter revela su Ferrari 312 T4 de 44 años, ganador del título, que aún brilla en su casa en el Reino Unido

Cerca hay otro Merlyn, esta vez un Fórmula 3 Mk21 reconstruido tras un grave accidente en Crystal Palace, y un Trojan T101 que Scheckter pilotó en tres de las cuatro victorias de la temible serie Fórmula 5000, con cuyo campeonato se hizo en 1973.

Sin embargo, el lugar de honor lo ocupa su Ferrari 312 T4, el coche de carreras que ayudó a Scheckter a ganar el Campeonato de Pilotos de Fórmula 1 de 1979 y que compró a un coleccionista suizo. Ese mismo año, Scheckter también proporcionó a Maranello su sexto Campeonato de Constructores de Fórmula 1 junto a Gilles Villeneuve, compañero de equipo y subcampeón del 79.

«Con motor plano de 12 cilindros, efecto suelo y neumáticos Michelin, es el mejor coche que he conducido jamás», afirma Scheckter pasando una mano por encima del alerón trasero del 312 T4. «Alguien se llevó el asiento original, pero por lo demás el coche está como estaba».

Scheckter y su compañero piloto de Ferrari, Gilles Villeneuve, luchan entre sí durante la temporada de F1 de 1979

Aunque la historia registra a Scheckter en el panteón de los grandes de la Fórmula 1, este joven talento fue una apuesta arriesgada cuando Enzo Ferrari lo contrató para 1979, ya que se había ganado una reputación de velocidad bastante voluble poco después de debutar en la Fórmula 1 en Watkins Glen en 1972.

Scheckter había madurado en los años intermedios: había terminado tercero en la general en las temporadas de Fórmula 1 de 1974 y 1976 y a menudo se había ganado el respeto por superar a máquinas inferiores, en concreto el Tyrrell P34 de seis ruedas (también en la colección) con el que consiguió su única victoria en el GP de Suecia de 1976.El sudafricano lo explica así: «Yo podía evitar los problemas mientras que otros se centraban más en la puesta a punto del coche».

Y entonces llegó la llamada de Ferrari.

«Enzo Ferrari era inteligente, muy duro, y todo el mundo a su alrededor le tenía miedo», explica Scheckter. «Recuerdo que, estando en el despacho —un ambiente oscuro con muebles claros—, me preguntó "¿Cuánto quieres?". Dije que era demasiado joven para pensar en el dinero, y creo que Enzo me estaba poniendo a prueba, tanteando cuál era mi motivación. Carlos Reutemann dimitió cuando llegué yo».


La victoria en el Campeonato de F1 de 1979 fue una especie de redención para Scheckter, quien había sido descrito como un exaltado y un peligro al principio de su carrera

De hecho, el piloto argentino fichó por Lotus, vigente campeón y favorito para el 79, mientras que Ferrari estaba en la cuerda floja con el 312 T3 del año anterior inscrito para las dos primeras rondas en Argentina y Brasil. 

Al debut del T4 en Kyalami le siguieron mejores resultados pero, mientras Villeneuve lideró inicialmente el renacimiento de Ferrari, Scheckter se impuso en Bélgica y Mónaco y llegó a Monza con una ventaja de ocho puntos sobre Laffite y diez sobre Villeneuve.

Cuando Laffite se retiró por un fallo del motor y el sudafricano de 28 años llevó a su compañero de equipo canadiense a casa con un 1-2, Scheckter se hizo con el campeonato con dos carreras de ventaja ante un público entusiasmado. Cuarenta años después de aquella victoria, volvió por primera vez desde aquello dando unas vueltas de demostración en su 312 T4 en el GP de Monza de 2019. «Creo que lo he disfrutado más que en el 79», declaró al público.


Scheckter disfrutó de un vistazo a algunos autos más recientes de la Scuderia cuando visitó Maranello hace unos años

Sin duda fue más disfrutable que 1980, cuando el éxito se estancó durante su infructuosa defensa del título y Scheckter abandonó.

«Cada año morían uno o dos pilotos, yo había ganado el campeonato y la magia había desaparecido», afirma con naturalidad.

Hoy en día, Laverstoke es conocida tanto por su vino espumoso ecológico, sus helados y su queso de búfala como por su célebre propietario, pero entre los aficionados Jody Scheckter será siempre recordado por ganar para Ferrari, contra todo pronóstico, aquel Campeonato de Pilotos de 1979.