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El excepcional 500 Mondial de Pinin Farina roza la perfección

30 maggio 2019

Richard Aucock

El maravilloso Ferrari 500 Mondial Spider de Pinin Farina es uno de los únicos cinco fabricados y figura entre los mejores y más originales Ferraris del mundo


Para su afortunado futuro propietario, este Ferrari 500 Mondial de Pinin Farina, recién restaurado, se convertirá en un sueño hecho realidad. Es una máquina increíblemente original, lista para competir y provista del certificado de autenticidad de Ferrari Classiche. En 2020 podría participar en la legendaria Mille Miglia o en muchas otras competiciones o carreras históricas de prestigio. Solo está a la espera de reanudar su breve pero victoriosa carrera en la competición.

Con su carrocería de Pinin Farina, es uno de los 13 únicos Spider que llegaron a fabricarse. Los faros ocultos lo distinguen como uno de los cinco ejemplares de la serie inicial. Por lo tanto, es sin duda muy poco común y decididamente uno de los mejores del planeta. Las décadas de cuidados y atenciones de sus únicos tres propietarios explican que este modelo aún conserve el motor y la caja de cambios originales, además de todos los paneles de la carrocería. Ferrari Classiche revitalizó este automóvil —conocido por su número de bastidor, 0448 MD— en la primavera de 2019 centrándose en alcanzar la perfección estética. Renovó la pintura y el habitáculo
y recuperó algunos detalles de las especificaciones originales. Del interior se sustituyeron los frenos, la suspensión, el depósito de combustible y el radiador. Ahora el descapotable está listo y calentando motores.

El Ferrari 500 Mondial estaba equipado con un motor de 2.0 litros y cuatro cilindros y tenía una capacidad cúbica nominal en cada cilindro de 500 cc. Los modelos de la serie corrieron por primera vez a finales de 1953, lo que convierte este automóvil, fabricado en octubre de 1954, en una muestra del primer año de producción. Fue el penúltimo Spider. El nombre Mondial —mundial en italiano—hacía alusión a los títulos mundiales obtenidos por Alberto Ascari al volante de un Ferrari. Oportunamente, fue este gran piloto quien lo condujo en su primera carrera, que tuvo lugar en Casablanca. Carrozzeria Scaglietti fabricó el bastidor del primer 500 Mondial, pero Pinin Farina se hizo cargo a partir de 1954. Este estilo Spider fue su carrocería más conocida, aunque también fabricó algunas Berlinettas. En total, del Ferrari 500 Mondial solo se ensamblaron 29 unidades.

El coche no tardó en triunfar. Vendido al californiano Tony Parravano, compitió por primera vez en Willow Springs el 13 de febrero de 1955 para la Scuderia Parravano recién fundada. Con el piloto Bob Drake al volante, quedó primero en clase y cuarto en la clasificación general tras ganar a máquinas de mucha más potencia. En 1955 siguió corriendo como favorito en otras competiciones hasta que, un año después, en Willow Springs, subió un puesto y conquistó la tercera posición.

En 1957, poco después de conducirlo en Palm Springs, Parravano vendió el 500 Mondial a Javier Velázquez, organizador del Gran Premio de México. Ávido coleccionista, Velázquez cuidó su 0448 MD con mimo, aunque más adelante lo presentó a la carrera presidencial de Ciudad de México de 1962. A pesar de su antigüedad, el fiel Ferrari volvió a conquistar un cuarto puesto en la general. Entonces fue retirado de la competición y vendido al famoso coleccionista Robert N. Dusek en 1972, en cuya colección permaneció durante las tres décadas siguientes.

Por lo tanto, este coche es una auténtica cápsula del tiempo. Siempre veloz en su época, la absoluta originalidad de este Spider de Pinin Farina ha favorecido que esté listo y a la espera de competir en acontecimientos de actualidad para seguir creando leyenda. Durante sus años en el automovilismo no sufrió ningún daño y el Libro Rojo de Ferrari Classiche certifica que se trata de un pura sangre. Hará realidad los sueños de quien lo posea. Este 500 Mondial, un auténtico fragmento de historia guardado en una botella y conservado durante más de medio siglo, calienta motores deseoso de emprender su próxima aventura.