Automóviles
50 años de amor
Si cada 166 MM es especial, la historia del chasis número 40 es extraordinaria. Construido en 1950, la historia del coche de carreras original de fábrica incluye un accidente mortal en su año de debut en competición, una minuciosa y exhaustiva restauración casera y su primera carrera de ascenso en la famosa Goodwood Hillclimb. Durante cinco décadas, también fue muy querido por Dudley y Sally Mason-Styrron, una intrépida pareja británica, que se conoció en una reunión del Ferrari Owners’ Club en Goodwood, compró el coche en 1975 y, desde entonces, corrieron y vivieron aventuras por todo el mundo con el coche (además de usarlo para hacer la compra). Ahora, después de tenerlo durante 50 años y de que hayan pasado más de dos años desde que falleciera Sally, Dudley ha tenido la amabilidad de donar esta preciada barchetta al Museo Enzo Ferrari, donde ahora se expone.
El 166 MM contribuyó a posicionar a Ferrari en la escena mundial. La atractiva carrocería de aluminio "Superlight" de Touring se diseñó sobre un bastidor tubular de acero, un motor V12 de 2,0 litros enviaba 140 CV al eje trasero y el sufijo MM hacía referencia a la que, posiblemente, sea la carrera más emblemática de todas: la Mille Miglia. Cuando otro 166 MM ganó la edición de 1949 de esa misma carrera, ayudó a consolidar la reputación de Ferrari por su velocidad, agilidad y durabilidad durante los primeros tiempos de la Scuderia. El chasis número 40, uno de los pocos coches de carreras fabricados por la marca, tiene en su historial de carreras un quinto puesto en su categoría (12º en la clasificación general) en la Targa Florio de 1950, pilotado por Luigi Villoresi, y el fatal accidente cerca de la salida de la Mille Miglia de 1950, en el que perdió la vida el piloto Aldo Bassi.
Cuando terminó su carrera como coche de la marca en 1950, se envió por avión a Portugal, donde fue conducido por destacados pilotos locales y exhibido durante muchos años en un museo. Llegó al Reino Unido, probablemente a principios de los años 70 y, en 1975, pasó a manos de Dudley y Sally. Sally era la conductora más experimentada, Dudley el aficionado y estudiante de automovilismo al que su mujer entrenaba para conducir más rápido, y el 166 MM la forma perfecta de compartir su pasión por la conducción.
Dudley y Sally desmontaron y restauraron su 166 MM en casa
«Habíamos estado en un evento de conducción, vimos un Ferrari antiguo que nos gustó bastante y pensamos que deberíamos comprar algo similar, y entonces surgió el 166 MM», recuerda Dudley. «Costó £300.000, que era mucho en aquella época, pero los coches raros más antiguos ya empezaban a revalorizarse, así que pensamos que era mejor actuar rápido». Sin embargo, el166 MM no había recibido un buen mantenimiento mecánico —se ganó el apodo de Mr. Poo debido a la cantidad de aceite que soltaba en aquella época— y necesitaba una restauración completa.
El proceso no fue especialmente convencional. La reconstrucción del motor y la pintura fueron subcontratadas, pero la pareja desmontó el coche hasta dejarlo solo en la carrocería y el bastidor, preparó la carrocería de aluminio (dejando un parche del rojo original en el marco del parabrisas como referencia) y se encargó de todo el montaje en casa.
Finalmente, tras mucho trabajo, el chasis número 40 estuvo listo para volver la Mille Miglia en 1989. «Por aquel entonces, no podíamos optar a muchas otras cosas, porque no existía realmente el mundo de las carreras históricas», recuerda Dudley. «Participamos en ocho o nueve y nunca fuimos muy competitivos, solo teníamos unos relojes de cocina para medir el tiempo cuando nos cronometraban hasta la centésima de segundo, pero no importaba, siempre lo pasábamos genial.»
El chasis número 40 ahora se encuentra en el Museo Enzo Ferrari, pero Dudley puede usarlo cuando quiera
Más tarde, el 166 MM se convirtió en el primer coche en hacer la famosa subida de Goodwood, en 1993, y la pareja regresó cada año hasta 2023. También corrieron juntos en el Goodwood Revival, mientras que Sally compitió en el Ferrari Shell Historic Challenge durante los 90, además de en otros muchos otros eventos. Durante esta pintoresca propiedad, el coche recorrió todos los rincones del mundo, incluyendo Japón en la Festa Mille Miglia y regresó a Fiorano, donde Piero Ferrari aceptó la oportunidad de conducirlo en la pista de pruebas. «En nuestras manos, Mr. Poo recorrió al menos 40.000 km y en cada evento fue nuestro fiel compañero, siempre nos llevaba de regreso a casa», reflexiona Dudley. «Nos divertimos mucho y creamos muchos recuerdos felices juntos.»
Desgraciadamente, Sally falleció en febrero de 2023, y Dudley sigue desconsolado. «Para mí sigue siendo un desastre total, nunca nos separábamos y siempre hacíamos las mismas cosas», afirma. «Pero Sally quería que Mr. . Poo volviera a Ferrari cuando ya no estuviéramos ninguno de los dos, y yo estaba muy a favor, así que me complace poder cumplir esos deseos.» Aunque el 166 MM se encuentra ahora a salvo en el Museo Enzo Ferrari, Dudley sigue siendo libre de utilizar el coche cuando le plazca. Cuando lo hace, vuelve a conectar no solo con el coche, sino con 50 años de recuerdos muy felices.