Tras 78 años de tradición en el mundo de las carreras, nace el primer Ferrari completamente eléctrico. Ha sido diseñado para ofrecer prestaciones en estado puro, una precisión absoluta y la verdadera emoción de conducir un coche deportivo.
El eje delantero, diseñado íntegramente por Ferrari, tiene una potencia de 210 kW, una eficiencia del 93% a plena potencia y una densidad de potencia de 3,23 kW/kg. Gracias al sistema Disconnect, pasa a la tracción trasera con total fluidez, maximizando su eficiencia.
Los motores síncronos con imanes permanentes llevan la tecnología al límite, ofreciendo una densidad de par y potencia excepcionales, gracias a su diseño, derivado del mundo del Motorsport, con geometrías optimizadas y materiales de altísimas prestaciones.
Cuatro motores independientes, integrados en una arquitectura avanzada, garantizan una respuesta inmediata y el control absoluto de cada rueda.
El rotor presenta una configuración Halbach Array, derivada de la Formula 1 y aplicada, por primera vez, a un coche deportivo para lograr una mayor densidad de par y reducir el peso total.
Los motores eléctricos, desarrollados íntegramente por Ferrari, fusionan materiales excelentes con una arquitectura muy innovadora.
El 85% de los módulos está integrado en el piso estructural, entre los dos ejes, y el 15% restante debajo del asiento trasero.
Está integrada en el chasis para garantizar la máxima protección en caso de impacto lateral.
Se puede extraer y reparar si es necesario, sin dañar los elementos estructurales.
Protege contra impactos verticales procedentes del suelo y mantiene constante la temperatura de las celdas.
Prestaciones de la batería
La batería, capaz de absorber hasta medio megavatio, garantiza las prestaciones de un coche deportivo sin comprometer la gestión térmica, vuelta tras vuelta.
Los casquillos del eje trasero están optimizados para reducir las vibraciones y los ruidos (NVH), sin renunciar a la rigidez en curva típica de un chasis Ferrari.
El tornillo de recirculación de bolas, con un paso ampliado en un 20 %, mejora la capacidad de absorción y control frente a impactos verticales.
El vehículo presenta la segunda generación de suspensiones activas Ferrari, desarrolladas con la idea de combinar el confort de un coche deportivo con la precisión de conducción de los circuitos.